Con el orgullo de su historia a cuestas, Boston, en el estado de Massachussets, es la ciudad más europea de los Estados Unidos. Pero quizá lo que más atrae es la actividad intelectual que proyectan su famosa universidad y la muy próxima Universidad de Harvard. Museos, galerÃas de arte, librerÃas, música y pubs en un recorrido urbano donde el cuidado y la limpieza brillan por todos lados.
Boston: sendas llenas de historia
Accesible e interesante
Esta es la ciudad más europea de los Estados Unidos, pero también es la ciudad de los irlandeses (hasta el jefe de policÃa es irlandés, y buena parte de la administración y la autoridad polÃtica lo son), cosa que también la hace muy conservadora.
Boston: sendas llenas de historia
Tiene el sistema de trenes subterráneos más antiguo de los Estados Unidos, iniciado en 1897, y la ciudad ha encarado la transformación edilicia más grande y costosa de la Unión y del mundo, con excepción de un proyecto hidroeléctrico en la China: un sistema de autopistas y túneles que reemplazarán las avenidas actuales y pondrán a toda la red ferroviaria bajo tierra. Los ciudadanos se quejan por lo que representa en impuestos el proyecto de 13.000 millones de dólares; los polÃticos y urbanistas se jactan por lo que significa en adelanto para la vida y el transporte ciudadanos.
Con una gran universidad (Boston) en terreno propio, la presencia de la Universidad de Harvard, en Cambridge, a 20 minutos en subte del centro de la ciudad, y una gran participación en la lucha por la independencia de Estados Unidos, Boston es un centro cultural e intelectual de primera lÃnea en el Nuevo Mundo.
La ciudad es fácilmente recorrida en transporte público. Puede ser en un tranvÃa, que recorre la ruta histórica (a 22 dólares por dos horas de paseo), o en un carruaje tirado por caballo, o en el ocurrente “Paseo de los Patos” (Duck Tour), a 21 dólares. Estos son unos ómnibus instalados sobre antiguos transportes anfibios de tropas, usados entre la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la derrota en Vietnam. Son transportes de seis ruedas, con motores de seis cilindros, construidos por la General Motors para la industria de la muerte. Ahora, estos “buses” recorren la ciudad, entre lo más nuevo y lo más viejo, incluyendo lo más importante para un turismo capitalista: en la señorial calle Beacon, en el número 39, el guÃa muestra una casa de familia por la que los dueños pagaron 5,2 millones de dólares en 1999.
El Paseo de los Patos tiene la ventaja adicional de incluir un pequeño crucero por el rÃo Charles, hoy con agua limpia y en cuyas costas el municipio proyecta construir playas.
Boston: sendas llenas de historia
La importancia del turismo es visible en todos lados. La calle Newbery, en la zona que llaman el Back Bay, se recomienda como una calle Florida de antes que fuera un mercado persa. Por Newbery se camina con la consigna decidida de ver y ser visto. Es una calle que concentra el mayor número de galerÃas de arte de la ciudad, las confiterÃas más vistosas, y los hoteles más pequeños y hogareños.
Boston - America's "Cradle of Liberty" (la "Cuna de la Libertad" de los Estados Unidos de América) - es la ciudad donde se produjo el nacimiento de una nación. La tÃpica cocina bostoniana siempre ha contado con una comida abundante y formal. La abreviación a "Beantown" se debió a que Boston era originariamente conocida como "Home of the Bean and the Cod" (Hogar de las alubias y del bacalao). La tradicional cocina incluyo alubias al horno y scrod (bacalao joven).
Las señoras que pasean a sus perros por Mount Vernon tienen siempre una sonrisa amable para el turista y hasta un musical “hello”. Los árboles centenarios levantan con sus raÃces las aceras verjas y escalinatas sobre las que aguardan en sus bolsas los periódicos de la tarde. Unos metros más abajo la recoleta y muy british plaza de Louisburg donde murió Bronson Alcott reúne la mejor colección de fachadas neoclásicas del barrio. Y en Cedar Lane estrecha y empedrada se encienden las farolas de gas. Estamos en Beacon Hill el barrio aristocrático de Boston el oasis de elegancia y refinamiento que Henry James retratara en Las bostonianas. En estas calles el tiempo parece haberse detenido.
Pero no. Boston, el faro de Nueva Inglaterra la capital histórica de Estados Unidos es una ciudad llena de vida y de contrastes un crisol del Viejo y del Nuevo Mundo. En estas mismas calles allá por 1773 prendió la revolución con el mÃtico Boston Tea Party; aquà se fraguó la independencia de Inglaterra se dieron los primeros pasos para abolir la esclavitud y eclosionó el movimiento de emancipación de la mujer. Y aquà hoy sus habitantes gozan de una calidad de vida a la europea y florece la Universidad que más presidentes ha dado a la nación: Harvard.
La ilusión de un viaje al pasado es lo que promete el Freedom Trail (Camino de la Libertad), un itinerario de ocho kilómetros que recorre todos los lugares importantes de la independencia americana. Una lÃnea roja pintada en el suelo conduce al cementerio de Granary, donde reposan tres firmantes de la declaración de independencia, nueve gobernadores de Masachuset, los padres de Benjamin Franklin, Paul Revere y Peter Faneuil, nombres claves en la historia americana. Muy cerca están la capilla y el cementerio del Rey, con la tumba de Elizabeth Pain, inspiradora de Nathaniel Hawthorn para su novela La letra escarlata.
Old State House, construido en 1713, es uno de los edificios más antiguos del paÃs: sede del poder real, primero, y del gobierno de Masachussett después, en su balcón se leyó la declaración de independencia en cuanto llegó de Filadelfia. La casa de Paul Revere, el héroe más popular de la guerra contra la metrópoli, y el colorista y animado barrio italiano son dos lugares imprescindibles en esta cita con la historia. Un sitio ideal para comer o relajarse tomando una copa es el mercado de Quincy, la antigua lonja de Boston convertida hoy en un inmenso centro de ocio con decenas de cafés, restaurantes y bares de copas.
Boston: sendas llenas de historia
Fuera del barrio histórico quedan al menos dos barrios interesantes: Back Bay plagado de casas victorianas tiendas elegantes y galerÃas de arte donde hay que visitar sin falta la Biblioteca Pública y admirar sus impresionantes leones de mármol y los bellÃsimos frescos de John Singer y Puvis de Chavannes; y Cambridge que alberga la muy célebre y celebrada Universidad de Harvard. Si ya se conocen Oxford o Cambridge es una visita perfectamente prescindible. nada que ver con los originales.
Mención aparte merecen el Museo de Bellas Artes y el Museo Isabella Stewart Gardner con unas colecciones de inmensa riqueza tanto por su número como por su calidad. Ambos museos son ejemplos de lo bien que hacen las cosas los americanos cuando las hacen bien. La magnÃfica arquitectura interior realza las obras expuestas que van desde los primitivos maestros flamencos e italianos a la arquitectura románica pasando por los impresionistas el arte moderno estadounidense o las impresionantes salas dedicadas a las artes decorativas asiáticas egipcias griegas.
Boston sigue siendo un importante puerto, aunque ahora son mayorÃa los barcos de vela y lanchas rápidas que surcan la bahÃa. Una excursión en barco permite, además, comprobar la pacÃfica convivencia entre rascacielos y vetustas mansiones de ladrillo rojo, testigos de 350 años de historia americana.
La ciudad cultural
Es una ciudad extraordinariamente compacta, fácil de recorrer a pie o por medio del transporte público. Un itinerario recomendable para los que gustan del arte es recorrer los principales museos y galerÃas menos conocidas.
El Museo de Bellas Artes alberga una de las colecciones más grandes del paÃs, desde arte egipcio y asiático, hasta obras europeas y fotografÃa moderna. Los viernes, el ala oeste del museo permanece abierta hasta tarde donde es posible tomar un trago, escuchar música y conversar.
Allà llama la atención una escultura tibetana del siglo XVII, de Vajrabhairava y su consorte. Esta pieza, tallada en cobre pintado, representa una unión simbólica de la ira con la sabidurÃa, que se cree que destruye la inclinación al ego y lleva a la ilustración.
En las salas de pintura europea de los siglos XVI y XVII -El Greco, Tintoretto, Rubens y Velásquez, entre otros-, hay escenas de la Crucifixión de Jesucristo. La diversidad de la colección de este museo es asombrosa: se atraviesa una sala con llamativas máscaras africanas destinadas a ahuyentar los desastres comunitarios y, de pronto, uno se encuentra frente a un sencillo pero luminoso lirio de agua de Georgia O´Keeffe.
Boston: sendas llenas de historia
Boston, por su proximidad con la historia y con grandes universidades, es una ciudad con un complejo de ocho museos que concentran la sabidurÃa del mundo. El museo Peabody, de ciencias naturales, parece un poco abandonado, los ojos de vidrio de animales embalsamados se hallan en el piso, ignorados porque ya no es polÃticamente correcto tratar asà a la vida silvestre. Pero en los otros centros se encuentra desde la historia del cine hasta el tiranosaurio, y otras distracciones parecidas para niños molestos.
Lo más fascinante, de lejos, es la actividad intelectual, que atrae un gran centro de enseñanza, y la historia, esa historia que combina Europa y América. Pero hay quienes prefieren los cientos de pubs irlandeses, el deporte o la música (esta es la cuna de la Boston Pops), hay para todos los gustos, y más barato que en New York.
El Museo Stewart Gardner es un imponente palacio veneciano que está construido en torno de un patio lleno de esculturas y plantas floridas. El museo alberga una colección importante de pintura renacentista italiana, entre otras. En la planta baja, está El jaleo , de Sargent; El ómnibus, de Anders Zorn, y un retablo de seis paneles pintado por Simone Martini. El museo también atesora El rapto de Europa, de Tiziano.
La impulsora de este lugar, Isabella Stewart Gardner, era una mujer de finales de siglo que tenÃa una visión extraordinaria y una voluntad formidable. Gardner acumuló una sorprendente colección de arte, diseñó el edificio y luego dispuso cómo se exhibirÃan las obras, dando órdenes precisas de que nada cambiarÃa permanentemente después de su muerte. Algunas cosas sà cambiaron en forma trágica: en 1990, entraron ladrones al edificio y robaron un Vermeer y tres Rembrandt, entre otras piezas. El museo conserva los marcos de las pinturas en su lugar, como si las hubiesen sacado en forma temporaria; se ven como ojos abiertos con las órbitas vacÃas, lo que da un aspecto lúgubre a la sala de holandeses.
Newbury Street es una calle peatonal flanqueada por tiendas, restaurantes, peluquerÃas y galerÃas de arte, en cantidad. Se destacan las pinturas semiabstractas de polluelos de Laurel Hughe, que sabÃa que estas aves de corral podÃan convertirse en aves tan bellas, en la GalerÃa Nielsen; la obra en multimedia de Esther Solondz en la GalerÃa NAGA, que se halla en el interior de una iglesia; y las pinturas exhibidas por Paul Shakespear en la GalerÃa Howard Yezerski.
Boston: sendas llenas de historia
En el Museo DeCordova y Parque de las Esculturas -de arte contemporáneo-, en Lincoln, a 25 km de Boston, se destacan las obras Los dos corazones negros grandes, de Jim Dine, de 3,5 m de altura y esculpido en bronce; la Venusvine, de Richard Rosenblum, también en bronce; y la cabeza en bronce de John Wilson Presencia eterna . En el interior, hay que ver la pintura y collage de Adam Cvijanovic, Sol invisible , y las esculturas de Olezko.
En el Fogg Museum, uno de los tres museos de Harvard, se puede ver obras de Van Gogh, Renoir, Picasso, Monet, y un cuadro llamativo de la serie Struggle, de Jacob Lawrence.
La luz del impresionismo se cambia por la oscuridad del expresionismo alemán, al ingresar en el Busch-Reisinger. El museo es pequeño, pero tiene una colección excelente. Se destaca el autorretrato en smoking de Max Beckmann, las esculturas viscerales de Ernst Barlach y la escultura Rest in the Peace of His Hands ( Descansa en la paz de sus manos ), en bronce, de KŠthe Kollwitz.
Unos dÃas viendo arte es como vivir en tensión entre el cambio y la continuidad. Son formas de expresión que pertenecen a un lugar y a una época y que a la vez trascienden el tiempo, el idioma y la cultura.
Fuego, agua y sendas
Boston tiene 33 estaciones de bomberos. Asà es, 33 cuarteles y una manada de autobombas que corren por las calles haciendo oÃr sus sirenas. No se trata de una polÃtica keynesiana para brindar trabajo, sino de una necesidad tan imperiosa como el té de las cinco.
Fundada hace más de 200 años, tiene como corazón dos parques -Public Garden y Common Park- y prácticamente todas sus casas son de madera. Estas construcciones conservan las instalaciones eléctricas de cuando los tranvÃas eran tirados por caballos y por eso no resulta nada raro que cada dos por tres el fuego ponga a los bomberos en alerta.
Para un comienzo tan ardiente nada mejor que arrancar este viaje con un crucero por el Charles River, que separa Boston de Cambridge. Pequeños barcos, yates y canoas con remeros de alguna universidad se disputan este espejo de agua a lo largo de todo su recorrido, que envuelve a la ciudad de Sur a Norte. Desde un barco se puede ver el imponente centro financiero y acercarse a los orÃgenes de este puerto que nació para ser grande.
El mejor lugar para hacer tierra nuevamente está al norte, justo frente al campus del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Se trata de la Explanada, un parque con lagos que tiene en uno de sus extremos al Hatch Shell, el escenario al aire libre más importante, sede de conciertos multitudinarios.
Mientras muchos ejecutivos corren sin despegarse el celular de la oreja, los más intrépidos prefieren calzarse los rollers con serio riesgo para el peatón.
Boston: sendas llenas de historia
Caminar es la actividad más rentable en Boston, porque todo está mucho más cerca de lo que parece, y entre un lugar y otro siempre hay una parada interesante para hacer.
En Beacon Hill, el ritmo cansino se adueña del lugar y los árboles a cada lado de la calle protegen edificios de departamentos tan lujosos como económicamente inaccesibles. Las construcciones conservan el estilo inglés, con ladrillos borravino oscuro y ventanales con caireles que cantan la música del viento.
Sobre Beacon Street se encuentra el Freedom Trail (Camino de la Libertad), un paseo que conecta 16 sitios de interés histórico relacionados con la revolución libertadora. El camino está pintado con una lÃnea roja en el piso, asà que es muy fácil seguirlo.
Charles Street, bordeada por el Public Garden y el Common Park, es una de las calles más interesantes para merodear. Tiendas de decoración, confiterÃas y casas de antigüedades son parte del itinerario. Los precios, a la usanza inglesa: todo cuesta mucha plata, pero no es caro. De hecho, resistirse a una compra en una casa de decoración no resulta nada sencillo.
A pasos de allÃ, en realidad a unas pocas cuadras, la Trinity Church se refleja en la John Hancock Tower, una mole vidriada con un observatorio en el remate que regala una vista muy especial.
Newbury Street es la calle paqueta y aristócrata por excelencia. Nace en el Common Park y aquà se encuentra el Ritz Hotel y algunas de las tiendas de ropa y antigüedades más famosas.
AquÃ, la primavera es caprichosa y efÃmera. Por un instante, esta ciudad de inclinaciones conservadoras se ve renaciente, florecida y hasta insolente. El bosque de grúas de la Gran Excavación, uno de los proyectos de obra vial más costosos en la historia norteamericana, parece un sauzal anaranjado. El plan consiste en transformar la Central Artery en una avenida subterránea que reconecte el centro con el puerto, fuente de riqueza del viejo Boston.
En el Barrio Financiero, alrededor de la Plaza del Correo, las torres de cristal proyectan sombras netas sobre calles angostas, otrora sendas de ganado, entre edificios restaurados del siglo XIX que parecen encogerse, amedrentados por el tamaño de sus nuevas vecinas.
Los botes de remos cortos rozan apenas las aguas del rÃo Charles. En el JardÃn Público, la floración de las plantas de bulbo está en su apogeo, las magnolias de Commonwealth Avenue semejan cúmulos blancos adheridos al suelo -a lo sumo, por una semana- y, desde mediados de abril, los botes en forma de cisne surcan nuevamente el lago.
Boston: sendas llenas de historia
Cruzando el rÃo, en Cambridge, las mansiones de Brattle St. rebosan de narcisos y árboles en flor. Sus antiguos dueños, profesores de Harvard, procuraban que sus jardines florecieran en primavera, antes de que terminara el semestre lectivo. Hoy dÃa, muchas pertenecen a magnates de la computación y el ruido de martillos y sierras, que habla de remozamiento, compite con el canto de los pájaros. Pese a su opulencia renovada, Boston atesora sus tradiciones. Los fundadores puritanos no censuraban la riqueza, sino tan sólo su ostentación. Las fachadas, pintadas a nuevo, mantienen su austeridad; el lujo es Ãntimo.
La vida intelectual no ha perdido vigor. John Updike, Sue Miller, Robert Parker, James Carrell y otros escritores la han elegido como lugar de residencia y trabajo.
El Camino de la Libertad ( Freedom Trail ) es una senda enladrillada, incrustada en las aceras de ciertas calles de Boston. Vale la pena seguirla y disfrutar de hermosas vistas, que atraen aun prescindiendo de sus connotaciones históricas. Faneuil Hall, la Vieja Legislatura, la Antigua Iglesia de North... El Predio Comunal ( Boston Common ) es un buen punto de partida; su quiosco de información turÃstica posee planos.
Un libro reciente de la Boston History Collaborative, The Literary Trail, a Guide to Greater Boston´s Newest Trail , propone paseos autoguiados por lugares vinculados con escritores locales: Longfellow House, en Cambridge; Orchard House y Old Manse, en Concord, donde vivieron Louisa May Alcott y Nathaniel Hawthorne, respectivamente; la cabaña reconstruida de Henry D. Thoreau, en Walden Pond, etcétera.
Casi todos los nombres de calles del centro de Boston tienen su origen en Inglaterra y en los pueblos donde originaron los primeros colonizadores, puritanos que venÃan de Lincolnshire para imponer sus estragos en la colonia. Desde la vida de aquellos protestantes de los siglos 16 y 17, moralistas totalitarios, pasando por recuerdos de la vida de BenjamÃn Franklin (1706-90), y la rebelión del Boston Tea Party en contra de los impuestos cobrados por la corona, y toda la vida recuperada en el Central Market, que data de 1826, aquà se conserva todo para el turista. Hasta el pub de la serie televisiva “Cheers” es motivo de peregrinación consumista, si bien en el bar sólo se filmó una vez y luego trasladaron las grabaciones a un estudio. Y en el Boston Common, el parque central, ya es historia aceptada la concentración anual de setiembre, cuando el público que se reúne para expresar libremente opinión diversa: en el 2000 se reunieron 60.000 personas para reclamar la legalización de la marihuana (el que pasaba por ahà en esa ocasión quedaba bajo los efectos de los humos libertadores).
Deleites
A la hora de comer, Boston guarda una perla única: Union Oyster House, el restaurante más antiguo del paÃs que aún permanece en funcionamiento. Este museo gastronómico fue fundado en 1826 sobre la Union Street y, según aseguran nadie prepara la langosta como ellos.
Sin despreciar la calidad de una sabrosa Lemon Lobster, disfrutada con babero incluido, los turistas se acercan aquà porque en el primer piso está la mesa donde se sentaba John F. Kennedy para hacer sus reuniones de campaña.
Escapadas
Boston: sendas llenas de historia
Boston no está lejos del campo. Desde Arlington (a unos 10 minutos de viaje en auto hacia el Noroeste) parte un camino para ciclistas que llega hasta Bedford; son 16 kilómetros, con muchas paradas para descansar y reabastecerse. Un corto desvÃo conduce al campo de batalla de Lexington, donde comenzó la Guerra de la Independencia.
En el Parque Histórico Nacional Minuteman, un nuevo camino de uso múltiple de casi 9 kilómetros enlaza Lexington y Concorde. La incitante travesÃa por antiguos campos y pantanos (éstos se cruzan sobre pasarelas de madera) nos da una idea de cómo era el paisaje dos siglos atrás. Está abierto desde el amanecer hasta el ocaso. (Informes: 1-978- 369-6993.) La Society for the Preservation of New England Antiquities posee muchas casas en los alrededores de Boston. Su sede central, Harrison Gray Otis House (141 Cambridge St.; 227-3956), fue proyectada por Charles Bulfinch. En Lincoln, 24 kilómetros al oeste de Boston, está Gropius House (68 Baker Bridge Road), una maravilla compacta de diseño minimalista construida por el fundador de la Bauhaus. Muy cerca, encontrarán la elegante Codman House, del siglo XVIII.
Un recorrido barrio por barrio
Back Bay
En Back Bay se puede encontrar el conjunto de arquitectura victoriana más grande e impresionante del paÃs. Avenidas con aceras arboladas dan realce a edificios elegantes donde hay una infinidad de elegantes boutiques, tiendas de antigüedades, galerÃas de arte y tiendas con artÃculos de última moda de famosas marcas y conocidos diseñadores.
Beacon Hill
El barrio residencial más elegante de Boston, también conocido como "Hill" (la Colina), combina boutiques sin igual -con artÃculos de última moda- y restaurantes contemporáneos, con el encanto de los siglos XVIII y XIX. Calles adoquinadas, aceras de ladrillos donde el alumbrado público es mediante faroles a gas, rejas de hierro forjado, jardines interiores llenos de macetas con flores y ventanas con tinte púrpura le dan a Beacon Hill ese caracterÃstico encanto y ambiente victoriano.
Downtown Crossing
Boston: sendas llenas de historia
Downtown Crossing, una zona peatonal por excelencia, es un paraÃso de los compradores, con grandes almacenes tradicionales como Filene's y Macy's. A sólo dos manzanas se halla un laberinto de bellos edificios de mucho pisos, donde el transeúnte se halla en el corazón del denominado Financial District. Adyacente a este distrito comercial se encuentra el Theater District de la ciudad de Boston, donde uno puede encontrar el drama, la comedia, el ballet, la ópera y los grandes éxitos teatrales de Broadway en gira. Y, a la vuelta de la esquina se halla Chinatown, la tercer comunidad china en importancia en el paÃs. Si busca telas o especias exóticas, o sentarse a cenar a altas horas de la noche, ése es el lugar ideal para visitar.
Newbury
Newbury Street -conocida como la zona residencial más elegante de Boston-, es un fiel exponente de una auténtica arquitectura del siglo XIX, con tejados de época, ventanas del tipo mirador y ventanas curvas en saledizo, pequeños patios y diminutos jardines. Hileras de tradicionales residencias particulares de tres o cuatro pisos (brownstones) lindan con numerosos talleres de diseñadores y joyeros de renombre mundial, salones de belleza chic y prestigiosas galerÃas de arte. Acogedores cafés y restaurantes en las aceras ofrecen una amplia selección de la cocina internacional.
Faneuil hall / Quincy market
El Faneuil Hall, también conocido como la "Cuna de la libertad", fue donde Sam Adams dio comienzo a su gesta contra los británicos. Faneuil Hall -construido en 1742- da al Marketplace (Mercado), un conjunto arquitectónico formado por tres edificios del siglo XIX, que han sido restaurados y que está lleno de restaurantes, negocios de artÃculos de regalo, tiendas de ropa de vestir y comercios que venden comida a los gourmets. Carretillas de mano llenas de artesanÃas preparadas por artesanos locales, artistas que actúan al aire libre, pubs y clubes nocturnos son elementos adicionales que brindan un toque especial a este conjunto tan pintoresco.
North End
Boston: sendas llenas de historia
El North End, el barrio residencial más antiguo de Boston, combina el Viejo Mundo con el Nuevo Mundo. Entre los lugares históricos se encuentran la iglesia Old North Church y la casa de Paul Revere, la casa más antiguo del siglo XVII aún en pie en la ciudad. Los aromas de la pizza, de las pastas caseras, de los sabrosos pastelitos, del pan recién hecho y del delicioso capuchino, invitan al transeúnte y al visitante a detenserse en uno de los numerosos pequeños restaurantes atendidos por sus dueños.
Waterfront
Condominios elegantes, muelles, galerÃas de tiendas, restaurantes y museos: todo esto encontrará en las orillas del rÃo Charles en Boston, llamado el Waterfront. Los museos en esta área incluyen el Acuario de Nueva Inglaterra, un Museo para los niños, el barco del Boston Tea Party, y el Museo de Computadoras. El parque de atracciones del Waterfront es una de las atracciones turÃsticas favoritas. Afectuosamente conocido como ÃSouthieà esta área principalmente Irlandesa es famosa por las playas de City Point y Carson, la Isla de Castle Island y el desfile anual del d’a de San Patrick. Bellas casas con distintivas arquitecturas dan un ambiente peculiar a esta ‡rea. La biblioteca John F. Kennedy es un monumento nacional a este famoso Presidente y es la única biblioteca presidencial de Nueva Inglaterra.
Cambridge
Ecléctico, excéntrico y excitante, Cambridge está lleno con energÃa cualquier temporada del año. Desde recibientes de premios Nóbel a músicos en la calle, y desde intelectuales a inmigrantes, Cambridge es una ciudad muy diversa ofreciendo aventuras sin fin para todas edades e intereses. Cambridge es famoso por la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Establecido en 1630, Cambridge fue originalmente la capital de la Colonia de la BahÃa de Massachusetts y también fue el sitio del primer colegio del paÃs. Para el comprador, Cambridge ofrece galerÃas de tiendas en las Plazas de Harvard, Charles, Porter, Kendall y Central Square. Cada plaza es distinta y accesible. Para ir a cenar y para vida nocturna la ciudad ofrece una selección internacional desde restaurantes de cinco estrellas hasta lugares frecuentados por estudiantes. Cambridge también es la capital de jazz en el noreste. Con más de 20 librerÃas en la plaza de Harvard solamente y museos de clase mundial Cambridge ofrece un banquete cultural para visitantes con un apetito intelectual.
Cape Cod
Boston: sendas llenas de historia
Vuelva a revivir la historia en el museo viviente de Plymouth -la Plimoth Plantation- donde guÃas vestidos con trajes de época viven y trabajan en una reproducción de una aldea y de un poblado indÃgena de los Estados Unidos del siglo XVII. Los lugares históricos incluyen la famosa Plymouth Rock y una reproducción exacta del barco 'Mayflower' que trajo a los primeros europeos al Nuevo Mundo. 300 millas de playas, un saludable aire salino, frescas brisas marinas y pueblos pintorescos: esto es Cape Cod! Las 75 millas de caminos rurales serpentean entre terrenos llenos de arandanedos con el caracterÃstico arándano rojo, encantadoras tiendas de antigüedades, campos de golf, lugares de veraneo a orillas del océano y pintorescos pueblitos.
La guÃa
GalerÃas de arte
La mayorÃa de las galerÃas está abierta de martes a sábados de 10 a 17.30. Para obtener información sobre algunas de las galerÃas más pequeñas y menos comerciales de Boston, visite la página www.artinitiative.org
A menos que se especifique lo contrario, los museos y galerÃas están en Boston.
Museo de Bellas Artes de Boston, 465 Huntington Avenue; (617) 267-9300; www.mfa.org abierto lunes y martes, de 10 a 16.45; miércoles, jueves y viernes hasta las 21.45. (Los jueves y viernes, después de las 17, sólo se abre el ala oeste); sábado y domingo hasta las 16.45.
Museo de Isabella Stewart Gardner: 280 The Fenway; (617) 566-1401; www.gardnermuseum.org ; abierto de martes a domingos, de 11 a 17.
Instituto de Arte Contemporáneo de Boston: 955 Boylston Street; (617) 266-5152; www.icaboston.org ; abierto de miércoles a viernes de 12 a 17; martes hasta las 21; y sábados y domingos, de 11 a 17.
Museo DeCordova y Parque de las Esculturas: 51 Sandy Pond Road, Lincoln, Massachusetts; (781) 259-8355; www.decordova.org ; está abierto de martes a domingos, de 11 a 17. Se puede llegar en vehÃculo o tomando la lÃnea púrpura del MBTA desde la estación Porter Square hasta Lincoln, y luego tomar un taxi llamando por el (781) 259-8722.
Museos de Arte de la Universidad de Harvard (Fogg Art Museum Busch-Reisinger Museum, y Arthur M. Sackler Museum), www.artmuseums.harvard.edu , en la esquina de Quincy y Broadway en Cambridge; (617) 495-9400, abre de lunes a sábados, de 13 a 17. El valor de la entrada (con la que se puede acceder a los tres museos) es de 5 dólares ( miércoles y sábados hasta el mediodÃa, sin cargo).